26 septiembre, 2020

Capítulo 12: El de las listas

Previously en Oposité, Vi, Vencí:

Y llegó mayo, y pudimos empezar a salir un ratito, y vi la M30 vacía, y empecé a buscar las calles más desiertas del barrio para poder dar un paseo tranquila, y el puente de mayo no hubo planes... Y el día 8 me puse a estudiar, ya no recuerdo en qué estaba. Y a media mañana, en un descanso miré los grupos, y había cientos de mensajes que NO eran de: «INAP en mantenimiento», y ¡¡¡HABEMUS LISTAS!!!

No iba a leer chorrocientos mensajes en ese momento y a simple vista no vi el corte. Así que, a ciegas, me descargué el documento sin avisar a Chus (que estaba en la habitación contigua sin ser consciente de este momentito).

(Días atrás, jarta de esperar y muy apática, le comenté exigí a Chus que salieran las listas YA y que iba a tener un 30 de puntuación transformada, porque yo lo valgo.)

Cuando el archivo se abrió puse mis apellidos en búsqueda.

SÍ, CLARO QUE SÍ. 32,3 Parecía todo un sueño. Por fin.

- Chuuuuuuus, ven un momento porfa. - Qué.- Dice él al acercarse. - Han salido las listas.- Le contesto mientras señalo mi nombre...

Los minutos tras esa escena son de bailecitos y risas, como no podía ser de otra manera.

En la resaca post listas, cada día me digo que es verdad, que una plaza es mía y que ahí sigo esperando las listas de admitidos de la Comu... Joder, menos mal que salió esta convocatoria antes, de otra manera no me hubiera inscrito. Ahora llegan meses y meses de incertidumbre sin saber si se realizarán o no las opos convocadas y si saldrán nuevas. ¡Esto ha llegado en el mejor momento!

¡HE APROBADO! Soy la 644 en las listas definitivas de 1444 y no puedo estar más contenta.

25 septiembre, 2020

El tercer examen, la espera. INAP en mantenimiento

No, auxiliar administrativo no tiene dos exámenes, tiene tres, pues la incertidumbre durante los meses de espera es una prueba digna del mejor maestro zen. Y más esta promoción, que hemos visto cómo los amables plazos del Estado se dilataban (y se dilatan) más de lo dignamente soportable. Y es que cuando te pasas una mañana pegado al F5 en la página del INAP, pase. Pero cuando se repite día tras día, en pijama y sin duchar, vas perdiendo la dignidad poco a poco... ¡Qué hartura!

Tras el segundo examen, y valorando que tenía posibilidades, no quedaba otra que seguir con mi plan. Dale que dale al repaso de la opo de la Comunidad de Madrid. Pero no podía dejar de comprobar varias veces al día los grupos y el foro, para ver si había novedades. Hasta primeros de abril, todo bien. Una espera en la línea de lo habitual. Pero tras la semana santa la cosa empezó a volverse cansina y desesperante.

Los días se hacen largos y el INAP se pone en mantenimiento cada 2 por 3 y claro, siempre puede ser «la buena».

Fueron semanas agotadoras anímicamente. Además se sumaba es llevar 1 mes confinados, sin poder salir de casa y con el panorama coronamierder de aquella manera.

Eso sí, dando muchas gracias al bicho por no haber llegado un poco antes y habernos podido examinar en febrero, pues las opos de Madrid ya no las espero en 2020...

Y llegó mayo, y pudimos empezar a salir un ratito, y vi la M30 vacía, y empecé a buscar las calles más desiertas del barrio para poder dar un paseo tranquila, y el puente de mayo no hubo planes... Y el día 8 me puse a estudiar, ya no recuerdo en qué estaba. Y a media mañana, en un descanso miré los grupos, y había cientos de mensajes que NO eran de: «INAP en mantenimiento», y... esto merece entrada propia...

24 septiembre, 2020

La suerte, esa variable a tener en cuenta

Sí, todo el mundo sabe que para opositar, pero opositar de verdad, hay que estudiar MUCHO,

He visto casos de "opositores" que empiezan a estudiar cada mes... es decir, por el motivo que sea, no se lo toman (o no se lo pueden tomar) todo lo en serio que el asunto se merece.

Tanto si opositas a A1 como si lo haces a C2 vas a tener que estudiar y sacrificar mucho. Lógicamente la aventura de un A1 es más dura, pero nunca hay que entender eso con que hay oposiciones fáciles, porque no es verdad.

Hay oposiciones asequibles, pero en el momento en que no luchas contra ti mismo (como hacías en el cole. Un 5 es un aprobado. Punto) sino contra los demás, no hay oposición fácil.

Puedes controlar muy bien el temario y ser un hacha en ofimática. La plaza es tuya, lo vas a bordar... bueno, relájate... no estás teniendo en cuenta el factor SUERTE.

Y es que yo he visto cómo una chica rellenaba la plantilla de su examen cubriendo de tinta todo el cuadradito en lugar de poner aspas. Y eso es un cero pelotero. Y quizá tenía un examen de 10.

«Eso no es suerte, es leer las instrucciones», me diréis. Y tenéis razón. Pero cuando el 100% de los exámenes que has hecho en ese tipo de plantillas se validan rellenando de tinta, y los encargados del examen no recalcan este dato, pues igual sí se puede decir: «joder, qué mala suerte»

Yo me acuerdo mucho de esa chica, porque igual hasta que salieron las notas del primero no se dio cuenta de lo que había hecho, y quién sabe si ella, al corregir su ejercicio tenía una nota excelente. Además, probablemente pasen 2 años desde esa cagada hasta que pueda enfrentarse a ese examen de nuevo... puff, qué duro.

Suerte es que entres bien en un examen práctico en lugar de cagándola y condicionando la prueba.

No puedes enfrentarte a una oposición con garantías de nada (salvo si está amañada, claro, que eso debe ser la leche. Imagínate, todos tus compañeros como un flan y tú tan pito, ja ja). En mi caso de ayudaba mucho pensar que era una etapa más de la vida. Que si salía bien, genial, pero que si no lograba mi objetivo tendría 2 opciones, volver a intentarlo, o «a otra cosa, mariposa». Sé que es muy fácil decirlo, pero a mí me ayudaba a pensar que este no era mi único plan de vida aunque pareciera que así era. Que no iba a vivir debajo de un puente si no aprobaba. Que no era mejor o peor por sacarla.

Sí, hay que currárselo, pero también tiene que salir todo bien en los momentos clave.

23 septiembre, 2020

A vueltas con el segundo examen de auxiliar administrativo del Estado en 6 semanas de preparación

Como adelanté en la última entrada, tuve 6 semanas para preparar el segundo examen del Estado. Durante ese tiempo dejé a un lado la opo de la Comunidad de Madrid para centrarme en esta. Estas son las conclusiones a las que llegué:

El no tomarme esta oposición como mi primera opción, aunque de repente estuviera en un segundo examen, creo que me permitió ir más tranquila y tomar decisiones más arriesgadas, pues era consciente de que si no aprobaba no era un verdadero problema, pues seguía confiando en MI examen de la Comunidad de Madrid para la primavera de 2020.

En contra de mi primera opción, de presentarme sin prepararlo, me di cuenta de que merecía mucho la pena hacerlo. De 2000 personas 1444 saldríamos con plaza. Un ratio alucinante.

Tras analizar los cortes de otros años y evaluar mi velocidad en el ejercicio (con exámenes anteriores) pensé que llegar a un mínimo de 60 de puntuación directa tenía que ser mi objetivo. (Te recuerdo, querido opositor, que word pesa un 50%, excel un 30% y la meca un 20%). Eso implicaba que tenía que hacer meca y word, de manera que aunque no tocara el excel podía optar a un 70, y esto, sin muchísimos fallos que me restaran puntos, debería ser más que suficiente para aprobar.

Excel estaba descartado desde el minuto uno, pues no tenía tiempo de aprenderlo. Al principio esta decisión me agobiada, pues si el word era más corto que otros años y me sobraba tiempo de los 30 minutos, ¿qué haría?. No tenía sentido estresarse, no me daba tiempo a aprender excel, así que decidí que si me sobraba tiempo, repasaría la meca y el word para ir a asegurar esa puntuación de 70. Y si aún así no había terminado el examen leería el excel y a ver qué podía sacar.

Para preparar el examen hacía ejercicios de otros años cronometrándome. Lo que ocurre es que en unos días ya los has hecho todos muchas veces y deja de tener sentido porque te los sabes de memoria. Por eso decidí a 2 semanas del examen, tirar la casa por la ventana y comprar los simulacros de Jose Enrique.

Jose Enrique es un formador que tiene mucha fama en Estado. Yo contacté con él para ver si vendía simulacros y él encantador me comunicó que había 2 remesas. Compré la primera, con 20 ejercicios con sus tres partes. Me pareció encantador y contestaba rapidísimo, lo cual valoro mucho, pero sus ejercicios no me gustaron. Me parecían más cortos y no sabía sobre qué tiempo debía valorarlos. Aún así lo hice montones de veces, claro.

Además ya conté mi experiencia en una academia, fruto de los nervios, y que no me sirvió más que para desconectar los sábados por la mañana.

En mi carta a los Reyes Magos, redactada antes de saber que había aprobado el primer examen, pedía un teclado hp slim, como los que se utilizan en el segundo examen de la Comu. Para final de año ya sabía que además tenía muchas probabilidades de que ese mismo fuera el que me encontrara en el aula en febrero. Puedo decir que el 6 de enero fue lo que más ilusión de hizo recibir. Lo encontramos de segunda mano en wallapop. La meca la practicaba con 3 teclados distintos pero le daba prioridad al slim, que además me costó un pelín acostumbrarme a esas teclas tan planas.

En casa, en 29 minutos (me quitaba uno por no tener factor sorpresa en los ejercicios) me daba tiempo a hacer word, meca revisada y empezar a revisar word.

La semana previa al examen fue un horror. Estaba muy nerviosa, dormía mal, y se me puso un dolor todo en la espalda (creo que del ratón), no muy intenso. Estuve tomando melatonina, que me va muy bien y fui al fisio, que me quitó el dolor rápidamente al haber ido pronto. Durmiendo y sin dolor estaba en mejores condiciones para afrontar el día E.

El día anterior practiqué por la mañana y luego fuimos al cine a media tarde a ver «parásitos», pues no quería tener el examen en la cabeza. Pronto a la cama. Nervios.

El día E, me levanté bastante bien. Solté un momentín los dedos en el teclado y nos fuimos a la facultad de Informática de la UAM. Cuando un sitio lo conoces te sientes más tranquilo y seguro, y yo lo conocía, pues la Autónoma es mi campus y esta facultad está cerca de psicología y había estado en mis años mozos. Localizar aula y a esperar en animada charla.

Cuando el aula se abrió y pude ver los teclados... ¡¡¡qué alegría, qué alboroto!!! Miré a Chus y le dije: «es EL teclado». Estaba tranquila e iba a por todas.

En el aula, tras meter el dni llegó el agobio. No me preguntéis a cuento de qué se me ocurrió pensar «¿y si mi ratón está configurado para zurdos?» (pero ¿por qué iba a pasar tal cosa?), así que inmediantamente levanté la mano y expresé mis temores a la mujer que me atendió, que, en lugar de poner los ojos en blanco, lo comprobó y me dijo que estuviera tranquila, que estaba bien.

Empieza el examen y LA PUTA FUNDA. Si estás a las puertas de este examen ya sabes las miles de historias de que hay con la funda. Yo iba preparada para que estuviera dura. Pero dura es poco. Es una chorrada. Pierdes un máximo de 10 segundos, pero te hacen empezar tu examen con la sensación de ir ya por detrás del resto. Un horror.

Yo decidí que mi orden era word y meca. Sencillamente porque no quería que me pillara un fin de examen en word con, quizá pestañas de configuración abiertas que no sabía si podría aceptar o no. 

Iba muuuuuy lenta. Mi corazón a mil y mis dedos a uno... hay que joderse. Pensé que no terminaría ni el word. Llebaba un reloj con crónometro que milagrosamente me acordé de activar pero en lugar de mirarlo alguna vez me agobié con que iba fatal.

Pero acabé word (del mismo estilo que siempre pero más rebuscadillo. El que fuera a piñón fijo igual cayó en alguna "trampita") y aún no habían avisado de que quedaban 5 minutos. Pues venga, eso es bueno. VAMOS. Me quedé a una línea y media de terminar el texto. Pero ya mi actitud era otra. Estaba contenta. Yo sonreía al grabar. Una de las chicas a mi lado estaba neutra. La otra tenía una cara la pobre... luego supe que aprobó, por los pelillos, pero ahí estaba su nombre, que es lo importante.

Salí muy contenta, pues aunque la sensación era de lentitud absoluta, había cumplido mi objetivo, me iban a evaluar sobre 68 puntos aproximadamente, es decir, había posibilidades, y Chus me lo notó.  A redesayunar churros y a descansar. No os olvidéis de que al día siguiente una que yo me sé tenía que retomar los repasos para la Comu...


21 septiembre, 2020

El de cuando apruebas el primer examen de Estado y se te queda cara de «¿qué hago, me preparo el segundo?»

 Aunque en octubre del 2019 hice el primer examen de auxiliar administrativo del Estado y estaba muy contenta con el resultado, al comprender que la parte de informática de este puntuaba por separado y que habría 2 cortes distintos que había que igualar, dejé automáticamente de preocuparme por ese ejercicio y seguí con mi vida, que no era otra que empollar día tras día para la Comunidad de Madrid.

Es cierto que como yo salí tan contenta del examen miré las notas de corte de convocatorias anteriores pero claramente la parte de informática me limitaba mucho y no lo iba a pasar. Lo dicho, a lo mío, que no hay tiempo que perder. Había hecho una prueba para valorar mi control de la legislación y me había salido muy bien, lo demás daba igual.

Por eso, cuando el 17 de diciembre, estando yo comprando haciendo la carta a los Reyes Magos con mi madre, una amiga me dijo que había aprobado el segundo examen de su oposición y, «qué casualidad», pensé, cuando en uno de los miles de grupos de whatsapp de la opo de la Comunidad de Madrid (no estaba en ninguno del Estado, ¿para qué?, no era mi oposición) alguien se hizo eco de que habían salido las notas del primer examen del Estado.

No las miré enseguida, por qué, yo no iba a estar, pero entonces alguien colgó el corte: 41,67 / 13

¿Cómo? ¡ese corte es muy bajo! yo me autocalculé un 14 en informática pero ni siquiera lo confirmé con la plantilla oficial...

El corazón se acelera. Ya no hablo con normalidad. Lo único que quiero es que se descargue la lista. Descargada. Es la de grupo 5. ¡Joder! por lo menos no he hecho el rollo de buscarme y NO encontrarme. Ahora sí es la buena. Ahí estoy. Alucino. Estoy alrededor de la posición 890. Is this real life?

Mi madre, como buena madre, dice que «ya lo sabía yo», pero qué va a decir. Yo no he sido nunca del típico y molesto «ayy, no sé, me ha salido mal», para luego mostrar la notaza en mates. Si me salía regular decía «no sé», y si me salía bien, pues decía «bien», ni más ni menos. Pero es que esto NO ME LO ESPERABA

El factor suerte en una oposición está ahí y hay que contar con él, para mal o para bien. Y a mí, que no suelo considerarme afortunada en temas laborales, me había tocado el trébol bueno. Va a ser que aquí aplica la suerte estudiantil...

Tras insistir llamando a Chus para que dejara de trabajar un segundo y me lo cogiera, más alegría a raudales. Con ese chute de energía vuelvo a mi realidad y me digo «se puede. Puedo aprobar un examen de oposición. Voy a sacarme la opo de la Comu».

Tras ver en qué consiste el segundo examen del estado (que será la primera quincena de febrero) veo que es meca, pero muy distinta a lo que yo practico; word 2010 en lugar de 2013; y excel. ¿Que si me voy a presentar? ¡pues claro! ni en la facultad cuando no me había mirado nada de un examen dejaba de presentarme, por si sonaba la flauta. Pero decidí NO prepararlo. No quería perder tiempo de estudio de MI opo, pues parecía que a partir de marzo podíamos tener examen y yo me la tenía que sacar.

Pero unos días después, casi a finales de diciembre me da por ver el número de plazas que había en juego y cuando leo 1444, se me dan la vuelta los ojos. ¡Cómo no he mirado esto antes! Joder, que no es mi oposición. Hemos pasado 2000 y hay plaza para 1444.

CLARO QUE ME VOY A PREPARAR ESTE EXAMEN

De repente, los nervios, enterarme bien de cómo es el examen, ver anteriores convocatorias, entrar en los foros del Estado y en los grupos de whastapp. Descargarme telegram, entrar en los grupos de telegram. Acabo de pasar de preparar un futuro primer examen a practicar para un segundo, así, sin que me de cuenta...

Tengo 6 semanas.

Primera decisión, confirmo mil veces que no hace falta "tocar" cada una de las 3 partes del examen. Así que excel fuera. No sé nada del programa y no voy a ponerme a 6 semanas de examen.

A tomar por saco el word 2013, me instalo el 2010. Me pongo con el chip de mecanografía del Estado.

Los nervios hacen que en enero me apunte durante 4 semanas a unas clases del word y excel 2010 (no me quedaba más remedio que pagar también por el excel). Mala experiencia. Eran clases para preparar C1 reconvertidas a preparar C1 y C2... y para colmo el profesor decía por activa y por pasiva que había que hacer "algo" de cada parte... Mucho más nervios y volver a confirmar que NO. Seguí yendo porque tenía el mes pagado, me hacía desconectar, y da gusto ver a gente que sabe usar de lujo estos programas (aunque no tenga ni idea del examen que prepara).

Ale, ya era más que oficialmente opositora del Estado y la Comunidad de Madrid y eso que yo había insistido mucho tiempo en solo ir a por una oposición para no descentrar, pero es que cuando todo va de cara... hay que aprovecharlo.

19 septiembre, 2020

Preparando la ofimática que es gerundio

En septiembre de 2019 me apunté a clases de word 2013. Ya tenía convocatoria de la Comunidad de Madrid y ya sí que sí era cuestión de tiempo que las listas salieran y el primer examen se fuera precipitando. Yo me acababa de quedar en paro y tenía todo el día para repasar y pintaba muy bien poder dedicar una tarde a la semana para aprender de una vez los entresijos del dichoso editor de textos.

Ya en junio leí mucho sobre Jose Luis. Un profe de una academia pequeñita que da clases de word y por lo visto es muy borde y muy bueno. A mí, que fuera borde si era bueno me daba bastante igual (hasta que fuera borde conmigo probablemente), así que contacte con él sin respuesta.

Semanas más tarde recibí un email del «profe Jose Luis». Decía que había tenido aluvión de consultas para iniciar curso para word de auxiliar de la Comu y que contestáramos ese mail con nuestra disponibilidad con vistas a abrir grupo en octubre.

Yo no tenía aún confirmado que no iba a trabajar nada de nada en septiembre por lo que mi disponibilidad era de mañanas o lunes y miércoles por la tarde.

En septiembre me comunican que se abren 2 grupos, martes y jueves por la tarde y que por lo tanto tengo la posibilidad de seguir el curso online. Pero yo ya sí que sí no trabajaba y quería que el profe borde me enseñara cara a cara por lo que informé de que si había hueco en los grupos presenciales contaran conmigo. Y así es como me convertí en alumna del grupo de los martes de Jose Luis y aprendí los misterios de word. Tanto he disfrutado de esas clases que he calentado la cabeza a amigos y familiares con mis nuevos conocimientos, lo que no está escrito. ¡Me planteé hacerme formadora de word! Y es que es un programa alucinante.

Ahora tengo muchas ganas de aprender excel (no, no sé nada de excel, porque aunque lo piden en la opo del Estado, como recordarás, no era MI opo)

Las clases de Jose Luis han sido geniales y yo, que todo quería preparlo por mi cuenta, estoy más que agradecida de esa decisión, pues el examen de auxiliar de la Comunidad es infinitamente más complicado que el del Estado, y considero que no se puede preparar por tu cuenta sin una base importante del programa.

Con la llegada de la Covid se cancelaron las clases tras 11 sesiones teóricas y más de 40 ejercicios prácticos. A estas alturas no sé si la Comunidad de Madrid va a sacar en algún momento esta convocatoria adelante, pero aunque no fuera así ha sido tiempo y dinero bien invertido. Además me dio una base para el segundo ejercicio del Estado, que aunque el examen no tiene nada que ver, me tranquilizaba pensar que si se salía de lo tradicional y esperado, yo estaba preparada.

Por cierto Jose Luis no me pareció borde nunca, si acaso seco, pero le considero hasta divertido. Una cosa que choca es que te hace repetir ciertas cosas cual alumno de primaria para que se te quede grabado a fuego, y esto el primer día, pues se hace raro, pero es un docente estupendo con más paciencia que el Santo Job.

18 septiembre, 2020

Ha salido la convocatoria del Estado, esa es la tuya, ¿verdad?

Como ya adelanté por otra entrada yo me inscribí a la convocatoria del Estado por puro cansancio de que no hubiera novedades por parte de la de la Comunidad de Madrid y para aprovechar que al tener cierto temario común podía prácticar y en parte evaluar qué tal lo llevaba.

Cuando hice la inscripción solo sabía que el primer examen tenía legislación, informática y psicotécnicos, pero no cómo se evaluaba o en qué consistía el segundo examen. Esa no era mi oposición. Me daba igual.

Recuerdo, el 19 de octubre de 2019, ir a la facultad de derecho de la Complu en metro, rodeada de decenas de opositores con los cascos o repasando y yo, como no salía de casa sin temario de MI oposición, iba repasando la ley de la hacienda pública de la Comunidad de Madrid, que os podéis imaginar que NO entra en una oposición estatal, pero es que yo no iba a examinarme, iba «a ver de qué iba eso de un examen de oposición».

Mil veces me han preguntado cómo preparé la parte de informática, que es la que echa atrás a muchísima gente de preparar esta oposición. Pues lo siento, no puedo ayudaros, simplemente no la preparé.

En el examen fui a por las preguntas que formaban parte del temario común, pero no dejé de leer el resto, y en bastantes me la jugué aplicando una estrategia de equivalencia, es decir, yo no estudié la ley de presupuestos, pero sí la de la hacienda de la Comu; pues si en Madrid aplica tal cosa, quizá en el Estado sea igual... En algunas salió bien y en otras no, pero en términos generales gané más de lo que perdí.

Las preguntas "de lo mío" me salieron muy bien y los psicotécnicos me parecieron mucho más fáciles que los de la Comunidad de Madrid. Que sí, que hubo un ejercicio, el famoso ejercicio de las comunidades que salía la gente maldiciéndolo, pero en realidad era mucho texto y muchos números, pero difícil no era. Yo lo dejé para el final por miedo al tiempo que me pudiera quitar y me quedé a una pregunta de terminarlo.

Las preguntas de informática, pues qué se yo, unas eran como de "cultura" de la tecnología y los ordenadores, lo que implica que unas te las sabes y te son de sentido común y otras te suenan a chino; otras eran sobre temas de información y atención al ciudadano y administración electrónica, lo cual eran mis temas 14 y 15 del temario de la Comunidad de Madrid, así que esas, genial; y otras especificas de programas de ofimática.

Salí mucho más contenta del examen de lo que hubiera imaginado nunca. Al llegar a casa, repasar las preguntas y valorar mi resultado previo y pre plantilla oficial estaba muy contenta. Tuve 48-14 por lo que desde el primer momento descarté aprobar debido a ese 14 en la segunda parte, pero yo estaba encantada con mi 48. Todas las preguntas del temario común las tuve bien.

El resto del finde descansé, pues aunque no era MI examen me sentía que me lo merecía, y el lunes a seguir con lo mío, con mis repasos a tiempo completo. Cada vez tenía que quedar menos para que salieran las listas provisionales de la opo de la Comunidad.

17 septiembre, 2020

Mecanografía, del griego μηχανή (mechané): mecánico, máquina, y γραφή (grafé): escritura, dibujo

Por mucha fuerza de voluntad que se tenga y mucha motivación que haya, estudiar abuuuurre lo suyo. Y desde el primer día quise compaginarlo con la mecanografía.

El primer examen de esta opo lo componen legislación y psicotécnicos. Y el segundo, mecanografía y word 2013.

Me desinstalé Openoffice y empecé a usar (tras muchos años) word 2013 para estar familiarizada con las pestañas. Eso es todo lo que hice de word entre mayo del 2018 y septiembre del 2019.

Pero la meca era otra película. Yo había escrito toda la vida con dos dedillos y aunque me desenvolvía bien tenía que aprender de cero. Y como sonaba divertido tuve ganas de ponerme a ello desde el primer momento. Dedicaba 20 o 30 minutos cada día o cada dos días y utilizaba las lecciones del programa «typingclub» y me picaba con los textos jurídicos del «velocidactil».

Iba pisando huevos. Cuando me fui a Islandia en julio de 2018 alcanzaba las 220 pulsaciones y me sentía ¡¡una taquígrafa del congreso!!

Poco a poco. !Ojo! Muy poco a poco fui aumentando la velocidad hasta las 300 aproximadamente. Y fue cuando me empezó a entrar mucho miedo...

Para el primer examen tenía (tengo) que controlar la legislación y hacer todos los psicotécnicos que pueda. Pero el segundo... word siempre me había dado miedo porque como no estaba dedicándole tiempo, pues no tenía ni idea, pero confiaba en que cuando llegara el momento de aprender word me quedaría más tranquila, pero meca... estaba sufriendo en mis dedos el ver cómo, aunque de media pudiera hacer 300 pulsaciones, me podía tocar un texto que, por una cosa u otra, no empezara bien y entonces no pasaba de las 260 (te recuerdo que el mínimo para que corrijan tu ejercicio ha de ser 280)... Puff qué estrés. Practicar meca se convertía en algo horrible, por lo que dejé de medir las pulsaciones y empecé a mecanografiar en word. No había aún fecha para el primer examen (ni listas) así que ya tendría tiempo de medirme. Lo importante era seguir ejercitando, que confieso que lo empecé a hacer solo una o dos veces por semana. Pero la base ya la tenía).

Cuando aprobé el primer examen del Estado, lo cual merece una entrada a parte, me di cuenta de que el su segunda prueba también había mecanografía, pero si para la Comunidad de Madrid practicaba velocidad en detrimento de las posibles faltas, ahora debía prestar mucha atención a no tener ninguna falta y corregir las que presentara el texto. Pruebas de lo mismo, pero muy distintas. Durante las 6 semanas que tuve para preparar este examen tuve que cambiar el método y perdí mucha velocidad.

Si tú, lector, estas opositando y tienes mecanografía en cualquiera de tus exámenes NO pierdas tiempo en ponerte las pilas con ello. Lo vas a agradecer.

El momento de hincar codos

 A mi no me gusta estudiar, pero reconozco que siempre se me ha dado bien. Sí me gusta aprender cosas (interesantes, a ser posible) y tengo bastante fuerza de voluntad y puedo ser muy disciplinada. Con todo esto me enfrentaba al momento de plantar el culo en la silla con ganas, pues la novedad siempre es motivante, y con mucha expectación sobre cómo iba a gestionar la nueva rutina.

Me fui sorprendiendo a mi misma mes a mes. Como empecé en mayo y para entonces yo ya tenía programado un viaje en verano me hice un plan de estudio hasta mediados de julio y a la vuelta de las vacaciones valoraría si esto de opositar era un infierno o continuaba. La moratoria llegaba hasta ahí, es decir, si todo iba bien y seguía motivada ya habría que continuar con todas las consecuencias, gestionando los momentos de bajón según llegaran pero sin rendición.

La rutina de estudio al principio no era muy pesada, estaba muy muy motivada y como no tenía mucho tiempo libre y no iba a sacrificar ni un minuto de sueño sacaba una media de 3 horas entre semana y 4-5 los findes. Con esto iba cumpliendo mis objetivos y cada 2 semanas daba por «estudiado» un tema y pasaba a formar parte del «repaso».

Es decir, en esas dos semanas dedicaba un par de días a preparar el tema. Con el apoyo del manual de Mad de la biblio (tras el tema 5-6 ya pasé del manual por completo) hacía la investigación sobre qué incluir y qué no, lo maquetaba y a imprimir. A partir de ahí lectura comprensiva. Y para comprender, las búsquedas en google de "palabros" son una tónica constante al estudiar legislación. Nueva lectura subrayando. Y una vez está subrayado, leer una y otra vez hasta el final de las dos semanas.

No. No hago resúmenes. En una oposición de este tipo el aprendizaje del temario tiene que ser LITERAL por lo que no quería obviar ni una coma y mis relecturas son sobre mi temario completo. Siempre.

Cuando llevas pocos temas es todo muy fácil. O lo parece. O al menos, tras tanto trabajo ya a la espalda es la sensación que me queda. Ahhhh cuando mi objetivo era saberme el título I de la Constitución al dedillo y parecía imposible... claro, aún quedaba mucho para la Seguridad Social... y más aún para Contratos, que la dejé la última....

Al principio los temas son cortitos y te da tiempo a repasar los anteriores antes de ponerte con uno nuevo sin incumplir los plazos de 2 semanas, por lo que me era fácil programarme y hacer estimaciones de cuándo terminaría el temario y solo quedaría repasar y repasar hasta el examen. Pero según avanzas los temas crecen en folios y tienes mucho para repasar, y esos planes de mayo, para octubre dejaban de tener sentido.

Hasta el tema 5 me fue muy bien con los plazos de 2 semanas por tema. Y a finales de julio me fui a Islandia con los apuntes en el equipaje de mano, porque yo no sé desconectar de las cosas importantes y aunque hice entre poco y nada me sentía mejor con mi carpeta cerquita. En dos años las carpetas, primero una y finalmente tres, me han acompañado a todos lados.

Ya para septiembre del 18 me di cuenta de que si antes de empezar con un tema nuevo tenía que repasarme todo lo anterior (el repaso supone una lectura comprensiva de TODO) iba a tener que empezar a dedicar una semana a repasar y dos al tema nuevo, es decir tres semanas para avanzar de tema en tema. 

(Aclarar que si hubiera tenido prisa por que ya estuviera convocada o hubiera listas lógicamente la organización habría sido otra, pero estas han sido mis circunstancias y cómo las he manejado)

Esa semana dedicada al repaso fue aumentando a dos, al igual que mi ansiedad, pues me preocupaba mucho que al final pasaba 1 mes entre que me leía un tema y lo volvía a leer, y temía siempre que al cogerlo de nuevo no me acordara de nada. Pero la mente es increíble y mientras estás en este proceso la información está ahí y pude desarrollar mucha confianza en mí misma, pues yo sentía que me lo iba sabiendo bien.

A finales de abril de 2019 terminé la vuelta al temario. Un año desde que empecé y ya me sentía más que lista para examinarme, pues como había estudiado y repasado a la vez controlaba bien la legislación. Pero no había aún ni convocatoria... así que, como aquí no se puede parar, pues empezaron los repasos puros y duros y también empieza el hartazgo, pues ya no hay novedad en nada y uno se empieza a impacientar.

A todo esto esta oposición tiene psicotécnicos, pero a mí siempre se me han dado bien las preguntas de números, series, problemas, lógica... así que no me preocupaban. Aún así y como no se puede ir de lista por la vida, cogí algún manual en la biblio que me parecieron basura (basura de Adams, basura de Mad...) pues siempre, siempre, siempre se detectan montones de errores, pero al menos ejercitaba un tanto la mente. Eso sí, los de sinónimos de la Comunidad de Madrid de la convocatoria anterior me parecieron imposibles por lo que si eran del estilo contaba (y cuento) con dejármelos y no dedicarles más tiempo que el de una lectura muy rápida para valorar su dificultad.

Para cada repaso total del temario utilizaba un mes natural. 

Desde septiembre del 18 ya no estudiaba las horas antes indicadas, sino que empecé a exprimir los días porque la longitud del temario iba exigiéndolo, ya tenía cierta experiencia en calentar la silla y además parecía que quizá en primavera del 19 tendríamos examen (jaja). Pasé a dedicar una media de 4 horas entre semana, lo que me permitía el trabajo, y 6 los findes. Siempre he estudiado en casa y dos días a la semana lo hacía en la biblioteca por aprovechar el tiempo entre trabajos.

Entre junio y julio del 2019 salen 2 convocatorias, la de auxiliar administrativo del Estado, primero (que no era mi oposición y me enteré de que salía por las decenas de personas que pensaban que sí era la mía); y la de auxiliar administrativo de la Comunidad de Madrid, después. Y menos mal que salieron en ese orden. Me apunté a la del Estado por puro aburrimiento. No sabía ni en qué consistía el examen pero vi que había cierto temario común y me pareció buena idea para valorar mi control sobre esos temas comunes. Después me apunté a la de la Comu, muy contenta porque ¡al fin! salía.

A partir de septiembre de 2019 me quedo en paro y aprovecho para dar lo que creo que será el último empujón. Me hago estudiante a jornada completa y modifico y/o amplio los temas en función de los epígrafes de la convocatoria, que han cambiado un poco con respecto a la última. Esta es mi etapa de opositora más encerrada y en la que me arrepiento (solo a ratos) de no haber ido a por una opo superior, pero ¿cómo iba yo a imaginar que todo esto era taaaan lento?

En todo el proceso he estado siempre muy satisfecha de mi desempeño. No hubiera pensado que lo llevaría, anímicamente, tan bien. Incluso he disfrutado aprendiendo ciertas cosas y me he sentido orgullosa cuando he podido aportar una nota legal a una conversación (muchas veces, oigan). Ha sido un proceso más largo de lo esperado y no he decaído... Estoy muy contenta, la verdad.

Querido opositor. La realidad es que el día a día, monótono, perdiéndote planes, con callo en el culo... es duro, durísimo, pero llegará un día en que. porque apruebes, porque des una nueva vuelta de tuerca a tu plan de vida o porque te toque un euromillones todo habrá pasado, y ya con distancia podrás valorar tu proceso como ahora hago yo (y lo mejor de todo es que MI oposición aún no da muestras de listas provisionales pero en cierto sentido, yo ya he terminado...)

15 septiembre, 2020

¡Decisión tomada! Y ahora, ¿por dónde empiezo?

Qué fácil es tomar la decisión de opositar a tal o cual cuerpo en comparación con el dolor de cabeza que supone EMPEZAR, y es que los que no estamos en este mundillo ni tenemos familiares o amigos opositando no sabemos qué pasos dar y pasamos varios días tecleando como locos frente al ordenador.

Editoriales, foros, cursos, las webs oficiales... Información, información, información, no del todo conexa que nos hace plantearnos si es que hay que pertenecer a alguna logia masónica para tener información práctica, actual y esquematizada.

Esto hace que en los foros y grupos de Whatsapp o Telegram haya preguntas del tipo «a qué me recomendáis opositar», «¿ya me puedo inscribir?», «¿alguien me pasa tal tema?». Lo normal es encontrar gente amable que te oriente un poco porque salta a la vista que al otro lado hay una persona que está más perdida que un pulpo en un garaje.

Pero no es tu culpa, sufrido opositor, es que en ocasiones buscas convocatorias que aún no están publicadas y tienes que recurrir, aunque no lo sepas aún, a la convocatoria anterior, que para más inri lleva el nombre del año en que se aprobó la oferta de empleo público que no tiene por qué coincidir con el año en curso. Pequeñas trabas del sistema que ahora parecen absurdas y completamente superadas pero que en su día comen tiempo y parte de la motivación inicial.

Aunque lo peor es el temario. Cuando empecé esta aventura pensaba que en el programa de la última convocatoria de auxiliares de la Comunidad de Madrid me encontraría lo que entraría en el primer examen. Y así fue, solo que yo esperaba epígrafes concretos, y de eso casi nada, monada.

Sé que hay oposiciones en las que directamente se indica qué artículos de qué leyes entran en el examen y durante mucho tiempo he sentido envidia de la mala. Pero creo que me hubiera conformado con epígrafes concretos. Que sí, que algunos no dan lugar a dudas desde mi punto de vista, pero otros... 

Lo que yo hacía para empezar a preparar un tema era leer el epígrafe; dirigirme a la ley que lo enmarcaba y ser muy meticulosa en que todo se viera reflejado en los títulos de dicha ley (o leyes) pero siendo escrupulosa en no meter contenido de más.

Nunca puedo tener la seguridad de que no me vaya a caer algo que no me he estudiado pero hay que ser realistas y yo no tenía ni tiempo, ni ganas de estudiarme toda la Constitución cuando en el epígrafe pone «La Constitución Española de 1978: Características. Los principios constitucionales y los valores superiores. Derechos y deberes fundamentales. Su garantía y suspensión.»

Es decir, obviando otros temas que también meten constitución, ¿puedo pensar que me pueden preguntar, en el marco del tema 1, algo de la Constitución que se salga del título preliminar y del título I? Pues mira, quizá sí, pero la lógica dice que me preguntarán sobre esos títulos.

Hay mucha gente que no se arriesga y decide estudiarla entera (es cierto que luego hay que estudiar sí o sí más cosas de ella en otros temas), pero en mi caso opté por preparar mi temario en base a ser más eficaz y es lo que me funciona a mí. Y claro que he dudado mucho sobre si ampliar, cómo, cuánto y cuándo, pero eso ya llegará...

Me apoyé en algún documento que las almas amables compartían sobre las leyes que correspondían a cada tema y en un manual de la editorial Mad que saqué de la biblioteca para ayudarme a decidir qué títulos y artículos seleccionaba para estudiar. Pero siempre estudié del BOE. No soporto la paja de los manuales.

También he recurrido al foro por excelencia a preguntar alguna cosa sobre si meter en el temario o no algún título concreto de una ley, pero esta era siempre la última opción, pues quería ser yo la que me currara mi temario de manera que aumentara mi sensación de control (yo he elegido estudiar estos artículos porque creo que son los que mejor enmarcan el tema. Si lo elijo yo, tras varios días de investigación puedo estar segura de mi decisión y creo que es lo más adecuado).

Una vez tenía listo un tema, maquetar e imprimir y a darle caña, que al fin y al cabo es lo que más se hace durante el proceso, estudiar, estudiar y estudiar.

Venga ánimo, si estás un poco atorado en esta fase, tómalo con calma, piensa qué es mejor para ti y no tengas miedo de tomar tus propias decisiones respecto a cómo estudiar. No hay opciones buenas ni malas, cada una tiene su público.


¿Auxiliar administrativa? ¿es que no hay oposiciones "de lo tuyo"?

Soy psicóloga. Y eso significa, entre otras cosas, que puedo opositar al grupo A1 de la administración, donde ejercería mi profesión y ganaría buen dinerito. Entonces, ¿qué hago opositando a auxiliar administrativo?

No, no tengo la vocación de ser auxiliar (C2), pero el trabajo administrativo siempre me ha gustado. Podría haber preparado la oposición de gestión (A2), pero los motivos para preparar una u otra son siempre variados, y estos son los míos:

Para empezar, ¿por qué opositar? mi profesión puede desarrollarse sin ese requisito y nunca hasta hace un par de años me lo había planteado, ¿entonces? Fácil, simplemente me cansé de que la psicología  no me diera lo que esperaba de ella; de su especialización (para cada tipo de trabajo psicológico, su máster correspondiente); de redactar cientos de currículos y cartas de presentación; de estar "demasiado formada"; de no tener "la experiencia deseada"; de tener curros a media jornada; de estar todo el día de acá para allá... Todo esto me cansó mucho, muchísimo.

Siempre he admirado la cultura estadounidense en el sentido de que reinventarse es, no solo fácil, sino rápido. Pero eso en España no pasa y ya llevaba años pensando no solo qué quería ser "de mayor", sino preguntándome cuánto tiempo tendría que invertir en esa reinvención y cuál sería la garantía de lograr un puesto decente que me permitiera seguir cumpliendo mis sueños. La respuesta siempre era bastante negativa: invertir tiempo y mucho dinero sin ninguna garantía, y así es complicado motivarse.

(Si en el último párrafo has advertido esos «solo» sin tilde y has pensado que eran falta de acentuación te recuerdo, querido opositor, que desde 2010 ya no se pone esa tilde por mucho «solamente» que lo pueda sustituir. Lo sé, es un cambio cruel y que puede dar lugar a error en determinadas ocasiones. Yo misma soy firme defensora de recuperar su tilde, pero DESDE QUE ME HICE OPOSITORA jamás la pongo, por el sencillo motivo de que si me presentan un ejercicio de mecanografía con faltas a corregir o un psicotécnico de acentuación tengo que ser rápida y no dudar ni un segundo, por lo que si lo correcto (maldita RAE) es no tildar ciertas palabras, pues no se tildan. Por cierto «guion» tampoco lleva tilde, aunque nos sangren los ojos).

Total, que la idea de opositar, no al PIR (psicólogo interno residente), que es peor que las 12 pruebas de Hércules y eso que una de estas es estrangular a un león, empezó a dibujarse en mi cabeza.

Yo estaba trabajando unas 29 horas semanales en varios sitios por lo que disponía de un par de tardes libres, muchas ganas de estabilidad y necesidad psicológica de que el proceso fuera lo más rápido posible. La idea era una oposición de nivel C1 o C2 para poder prepararla rápido y compaginarla con el trabajo.

Decidí opositar a la Comunidad de Madrid por la ilusión de una plaza en un pueblo de la Sierra por lo que auxiliar administrativo de la comunidad (C2) o administrativo de la comunidad (C1) eran mis objetivos. Pero tenía muy claro que yo iba a UNA oposición, no a varias, para centrarme 100% en mi meta, así que, como hacía pocas semanas había terminado el plazo para inscribirse en la de administrativo y en cambio estaba en la recta final una de auxiliar, la lógica decía que la próxima convocatoria sería de auxiliar. Ya estaba decidido. No había vuelta atrás. Era el 5 de mayo de 2018 y me acaba de convertir en opositora al cuerpo de auxiliares de la administración general de la Comunidad de Madrid.

13 septiembre, 2020

Y esto, ¿de qué va?

¿De qué va esto?, ¿qué pretendo conseguir?, ¿por qué surge este blog?

La verdad no es otra que desde hace unos meses, concretamente desde que el pasado mayo saliera mi nombre en las listas de aprobados del segundo examen de la oposición de auxiliar administrativo del Estado, tengo mucho tiempo libre. Y aunque en realidad tengo proyectos a medias y cosas que tengo que hacer, ¿no os ha pasado nunca que es mucho más atractivo empezar algo nuevo y dedicar cada minuto del día a ello obviando por completo todo lo demás? Pues en esas estoy yo ahora...

No pretendo NADA, solo escribir sobre mi experiencia como opositora que lo ha logrado. A día de hoy no sé si los textos que vayan surgiendo servirán a otros valientes y sacrificados opositores, quiero pensar que sí, pero ya lo veremos.

Opositar es duro, durísimo y quizá hasta que me incorpore a mi puesto de trabajo esta sea una buena válvula de escape a toda la presión que se acumula durante el proceso.

Resumiendo, hago esto por mí y no por ti, futuro funcionario, pero si te ayuda, sirve o entretiene habremos ganado ambos.

Y la Comunidad de Madrid decidió ejecutar la oposición, por fin...

 Yo me metí en este "sarao" de las oposiciones con la idea de entrar en la Comunidad de Madrid. Pero a Función Pública (ya sea Min...